¿Cómo no estar BIEN?

Buenos Aires, 4 de marzo de 2017

Hace 3 semanas me enteré que soy portador de una mutación del GEN CDH1 y por ende compré un combo que incluye una chance del 80% de tener Cáncer de estómago .

Sin dudas la noticia puede afectar de distinta manera a cada paciente. En mi caso, como dije en otro post, me siento privilegiado.

En caso de que ya no haya desarrollado cáncer, puedo transformar la probabilidad de 80% a 0% con una operación. Puede sonar fuerte “sacarse el estómago” pero es LA SOLUCION. Y no todos la tienen.

Este POST tiene que ver con una corriente de amor y contención que se disparó con la noticia.

Cuando nos cortamos un dedo, las células de nuestro cuerpo se ponen alerta y “viajan” a la zona para reparar la herida lo más rápido posible. Así me pasó. Comenté “la novedad” y todo el “aparato afectivo” se puso en movimiento. Es increíble.

Familia

Que decir. Es el anillo más próximo y como no podía ser de otra manera, me rodea, protege y cuida. Puede sonar trillado, pero sin ellos uno no podría dar un paso…

Amigos

Otro anillo protector cercano y de reflejos rápidos. Llamados, mensajes, preguntas del estilo “como estás” pero con otro tono. Con un tono sentido. Mirada a los ojos y abrazos más “fuertes/firmes” que lo habitual. Se agradece, se necesita y valora.

 Médicos

Genetista. Me dio la noticia, de inmediato se puso manos a la obra y me envió por email UN DOMINGO, la dirección de un blog de una chica que pasó lo mismo que yo voy a transitar. Lo devoré en las primeras 48 hs. de recibir la noticia. Quizás sea un mecanismo de defensa, pero me topé y solo leo casos de éxito de operaciones como la que voy a tener. La noticia me la dio un viernes. El domingo la Dra. me envió la información que fue vital para calmar mi ansiedad.

La semana pasada, me envió un nuevo email para recomendarme especialistas. Y a las 24 hs me envió un email que había investigado y realizado un informe sobre el deporte post gastrectomía. Me emociona su dedicación, el dar el 150%. Soy uno de sus muchos pacientes y me siento por momentos el único. Iré este lunes y se lo agradeceré personalmente.

Medico clínico. El que más me sorprendió. Se lo conté por WhatsApp el mismo día que me enteré. Y no paró desde ese momento. Dudé en mandar el primer mensaje porque no tiene por qué atenderme fuera del contexto de una consulta. Pero fue la mejor decisión. Necesité tanto cada mensaje que me envió. Su contención fue crucial. Si él me dijese que me tengo que cortar una pierna, yo lo haría casi sin preguntarle. Que me acompañe en la decisión de sacarme el estómago, fue lo que más feliz me puso. Pero no se quedó quieto. Se puso en contacto con colegas, con especialistas y hasta llevó “mi caso” a un comité del Mater Dei que por unanimidad aconsejó la gastrectomía. Mientras escribo, estoy sentado en la sala de espera para verlo. No lo ví desde que me enteré del “temita del gen”. Pero siento que no hizo falta verlo. Me acompañó en estas 3 semanas tanto como un familiar o amigo. Cuando pienso en la palabra vocación, su imagen se viene a la mente. Es un gran apoyo, un gran médico y una gran persona. De esos que al descubrirlo tenés fé en la humanidad y en las personas.

Entrenador

Al igual que mis amigos, sus saludos, sus habituales “¿hola Juancito, como estás?” ya no son iguales. Está cerca. Me observa. Me pregunta. Me llama. Me dice que tenemos que trabajar cuerpo y mente. Me tiene paciencia y respeta mis pocas ganas de entrenar ciertos días pero a la vez me motiva para que dé mas. Sabe que mi cabeza está agotada pero quiere que dé lo máximo en lo físico sin olvidarse de lo mental.

Por eso, por ellos, por lo que hacen, no puedo ponerme mal por lo que me pasa. En primer lugar porque todavía no me pasa nada. Porque aún si tuviera cáncer y no lo supiese, su detección hubiese sido mucho antes que el momento que cualquier síntoma me haya mostrado. Además me siento bárbaro y seguramente estoy sano.

Por otro lado, estando sano, esto me dio el empujón final hacia un cambio de vida que vengo trabajando hace tiempo.

+ alimentación sana

+ deporte

+ vida con la menor cantidad de bienes materiales

+ viajes

Un mes antes a la noticia médica me quedaba sin trabajo. Estuve un mes sin sueldo y como preveía me puse nervioso. Me estresé. Y luego, me dieron la noticia y minimicé el tema. Por eso la potencial enfermedad te ayuda a ver la vida en otra perspectiva. Ahora tengo un nuevo trabajo y será a cuadras de casa. Quizás logre un equilibrio mayor a la vida que busco. Porque a la lista de más arriba le falta “meditación o yoga” que hace tiempo quiero empezar. Y tendré más tiempo para la familia.

Por eso, por todo esto, sepan que a la pregunta “¿como estás?”, mi respuesta MUY BIEN no es una frase hecha. ¿Cómo no estarlo? ¿Por qué no estarlo?

Tengo mi escudo protector familia/amigos/médicos/entrenador que me cuida. Y además, aun cuando la vida se terminase en este minuto, viví 40 años increíbles. Agradezco lo que pasó. No me lamento por lo que pudo ser. Esta noche celebro la vida junto a la mujer que amo. La fiesta de 40 años es para eso. ¡Para celebrar la vida!

24 respuestas a “¿Cómo no estar BIEN?

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  1. Uno siempre se preocupa por cosas tan tontas y después aparecen estas historias, super emocionante Juano, muchos éxitos en el nuevo camino! Te sigo el rastro

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  2. Tu forma positiva de ver la vida es maravillosa! Todo va a salir bien porque están todas las condiciones dadas para q así sea.
    Qué suerte tienen tus familiares y amigos de contar con vos.
    Beso enorme!
    MARU

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  3. Simplemente te mando mucha fuerza Juano querido!
    Espero que te salga todo bien. Ojala que todo esto te sea solo un susto momentáneo y que puedas superarlo rápidamente.
    Te mando un abrazo enorme!

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